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¿Es válido temer que el karma te regrese y te haga pagar por algo que has hecho, precisamente por que no deseabas hacerlo? ¿Por que iba en contra de ti?
Quizá no dar una negativa desde el principio se debe a que soy incapaz de decir claramente aquello que siento -o siquiera de admitirlo en voz alta para mi misma- y que se procura ocultar entre sonrisas falsas e ingenuidades fingidas. Y a fin de cuentas, termina siendo una discapacidad que podría hacer de mi lo mismo que si fuera una ciega, o una lisiada.
¿Qué queda entonces, más que mostrar todas las que pareciera ser vunerabilidades y pregonarlo, para que las hienas las devoren y no encuentren -probablemente nunca- todo aquello que realmente duele?
La época de heladas y tormentas día a día está más próxima, y no puedo hacer más que esperarla e implorar por que pueda sobrevivir a ella una vez más, completamente sola, regodeandome en tazas de café frío y nuevas canciones tristes, deseando que la esperanza pueda sobrevivir tambien, conmigo


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